6 gestos que restan autoridad a las mujeres ejecutivas

Sabemos que no es necesario, vestir y hablar como hombres para tener éxito profesional, pero hay ciertos gestos y actitudes muy comunes en las mujeres que denotan vulnerabilidad y fragilidad en lugar de transmitir autoridad y poder.
El siguiente es un estudio que realizó Mary Ellen Drummont, experta en comunicación, hace ya algunos años, pero que aún sigue vigente.

Yo también cometo algunos de ellos, y quiero compartirlos por si son de utilidad para mejorar los resultados en nuestras carreras. 


1. Asentir al escuchar
En la creencia de que este gesto anima a nuestro interlocutor a hablar, estamos aprobando y consintiendo lo que oímos cuando no es preciso ni adecuado y hasta puede dar la sensación de que somos superficiales. En general, los hombres hacen esto cuando están de acuerdo con algo o para indicar que van a intervenir. Asentir puede animar a hablar, pero no expresa autoridad.

2. No mantener el espacio necesario
Nos referimos a la distancia y postura corporal, estar erguidas, con los hombros rectos y la cabeza alta. Si estamos sentadas en una mesa o escritorio, colocar los papeles, ordenador, bloc de notas o bolígrafos de la forma que nos resulte cómodo. Ceder espacio demuestra que no se quiere incomodar a nadie: tomar posesión de nuestro espacio envía un mensaje de poder y autoridad.

3. Entonación de la voz
El tono de voz acentúa el final de las frases como si estuviéramos preguntando en lugar de afirmar. Implica que buscamos aprobación en lugar de expresar un hecho. Esta costumbre inconciente también es frecuente en estudiantes y recién graduados. Hablar con autoridad implica puntos y pausas, no interrogaciones.

4. Toquetear
Ajustarse la ropa, tocar el cabello, las joyas, buscar en el bolso, consultar el teléfono, jugar con el boli, no estarse quieta implican nerviosismo e inseguridad. Estudios científicos citados por la Sra. Drummond indican que cuando una mujer entra en una habitación hace unos 27 movimientos mientras que los hombres hacen sólo 12. Cuando una persona aparece calmada y tranquila parece más poderosa.

5. Ladear la cabeza
Por lo general las mujeres ladeamos la cabeza pues pensamos que este gesto demostrará que estamos escuchando a nuestro interlocutor; pero lo que transmitimos en realidad es que estamos haciendo un esfuerzo por entender lo que nos dicen. Esta es una actitud inconsciente que hacemos sin darnos cuenta. Si mirar a los ojos nos incomoda, dirijamos la mirada justo por debajo de los ojos, a las mejillas o la nariz.


6. Presentarse a toda prisa
Es muy común decir “Hola, soy Carmen Gómez” apenas nos acercamos a una persona o grupo. Hay estudios que aseguran que rara vez la gente recuerda algo que se diga en los primeros 5 a 7 segundos de conocer a alguien, por que se está más pendiente de captar la imagen del otro y procesarla. Cuando nos acerquemos a una persona que no conocemos, esperemos unos segundos antes de presentarnos; en cambio se puede decir algo sobre el ambiente, el acto, estrecharle la mano con una sonrisa, etc. 


La buena noticia sobre estos mensajes erróneos es que se pueden corregir fácilmente si ponemos atención y nos empleamos en ello. 
Al principio puede ser un esfuerzo, pero comprobaremos los buenos resultados en forma de respeto y reconocimiento profesional.