Desde la llegada de la revolución tecnológica a nuestra vida cotidiana desde mediados del siglo XX, los cambios en nuestros hábitos y pautas de conducta se modifican vertiginosamente, como nunca antes se había producido en la historia la humanidad.
La alfabetización, la disponibilidad de Internet y los dispositivos móviles en todas sus variantes nos han abierto las puertas a un mundo donde la comunicación sin límites es posible. En pocos años hemos visto abrirse una brecha entre el "nativo digital" (término acuñado por Mark Prensky), y el "inmigrante digital" diferenciando a las personas que han nacido dentro de la cibercultura o se adaptan a ella, en mayor o menor medida.
El profesor de Tecnología educativa, Pere Marquéz, ha analizado este fenómeno en un artículo publicado en Tecnonews, y define a la "i-person" como a "una persona que siempre tiene al alcance un dispositivo digital conectado a Internet y lo usa con inteligencia". Tener capacidad para conectarse en cualquier lugar del mundo es posible para cualquier persona, pero usarlo con inteligencia es algo menos habitual pues requiere del desarrollo de la competencia digital.
La competencia digital es la que nos transforma en "i-persons" y consiste en aprender a usar estos medios de manera eficaz, eficiente, segura, aportando valor a nuestras actividades profesionales o privadas, como compartir información y conocimientos, realizar gestiones de todo tipo, compras o procesar todo tipo de datos, y no darles solamente un uso lúdico.
Para lograr el status de i-person es imprescindible la formación continuada en competencias digitales a lo largo de nuestra vida, ello nos permitirá desenvolvernos mejor y disfrutar del mundo virtual tanto como del presencial.
La alfabetización, la disponibilidad de Internet y los dispositivos móviles en todas sus variantes nos han abierto las puertas a un mundo donde la comunicación sin límites es posible. En pocos años hemos visto abrirse una brecha entre el "nativo digital" (término acuñado por Mark Prensky), y el "inmigrante digital" diferenciando a las personas que han nacido dentro de la cibercultura o se adaptan a ella, en mayor o menor medida.
El profesor de Tecnología educativa, Pere Marquéz, ha analizado este fenómeno en un artículo publicado en Tecnonews, y define a la "i-person" como a "una persona que siempre tiene al alcance un dispositivo digital conectado a Internet y lo usa con inteligencia". Tener capacidad para conectarse en cualquier lugar del mundo es posible para cualquier persona, pero usarlo con inteligencia es algo menos habitual pues requiere del desarrollo de la competencia digital.
La competencia digital es la que nos transforma en "i-persons" y consiste en aprender a usar estos medios de manera eficaz, eficiente, segura, aportando valor a nuestras actividades profesionales o privadas, como compartir información y conocimientos, realizar gestiones de todo tipo, compras o procesar todo tipo de datos, y no darles solamente un uso lúdico.
Para lograr el status de i-person es imprescindible la formación continuada en competencias digitales a lo largo de nuestra vida, ello nos permitirá desenvolvernos mejor y disfrutar del mundo virtual tanto como del presencial.